Ante las declaraciones recientes de la Asociación de Bancos Privados del Uruguay, cabe hacer ciertas aclaraciones que contextualicen el negocio que hacen estas empresas y expliquen por qué el pedido de AEBU de aplicar la Prestación Complementaria Patronal (PCP) en su máximo legal es la solución más adecuada para la Caja Bancaria.

Los bancos privados vienen atravesando los mejores años desde que hay números disponibles. Ni siquiera tuvieron un impacto de la pandemia como si lo sufrieron en la mayoría de los demás sectores. Al menos desde 2017 los resultados de los bancos se encuentran en niveles de entre 190 y 400 millones de dólares anuales. Son ganancias que no se vieron ni siquiera en los mejores años de la historia de la economía uruguaya, cuando en 2011, 2012 y 2013 se tenía el mayor "viento de cola" del exterior.

Los bancos no dejaron de tener ganancias récord en la pandemia y actualmente que la economía pasa por una recesión, están aún mejor. En los primeros 4 meses de 2023 ya ganaron 190 millones, una cifra que es mayor que lo que habían logrado hasta noviembre del año pasado.

Resulta complicado entender el planteo de ABPU de lograr un sistema financiero "viable". Ganancias de más de 200 millones por año, todos los años, más allá de recesiones y pandemias, hacen pensar que es un negocio mucho más que viable.

Lo que es interesante atender, también, es que esas ganancias se logran con muchos menos trabajadores. En los últimos diez años los bancos privados redujeron un 25% sus plantillas, pasando a funcionar con 1000 trabajadores menos. Pero su negocio, los créditos y depósitos, se multiplicaron por dos. Un negocio del doble de tamaño con una cuarta parte menos de trabajadores.

Por eso la Prestación Complementaria Patronal tiene sentido, porque es una forma de que los aportes a las jubilaciones tengan una relación con el volumen de actividad que tiene el sector. Aunque la tecnología elimine puestos de trabajo, la PCP permite que la seguridad social siga recibiendo los ingresos derivados de una actividad que cada vez crece más y genera menos empleo.

Es importante resaltar además que la PCP no es un costo que pague toda la población a través de un mayor costo de los préstamos. Solo con las comisiones que los bancos ganan por otros servicios que no son los créditos, se puede pagar 10 veces la PCP, ya que esta representa entre el 9% y el 11% de las comisiones que ganan los bancos por servicios por fuera de la concesión de créditos. Es solo un ejemplo de que no sería necesario aumentar las tasas de interés por un aumento legal de la PCP.

En realidad, el riesgo de que el costo lo pague el resto de la población no está en que los bancos aumenten la tasa de interés por tener que pagar una mayor PCP. El riesgo está en que si no se llega a una solución, el Estado deba hacer frente a mayores costos que provienen de los impuestos que paga toda la población.