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Una reforma con fines extraprevisionales  

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Una reforma con fines extraprevisionales  

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«No podemos seguir insistiendo en mecanismos de financiamiento de la seguridad social que impliquen un consumo de vida mayor del que ya estamos realizando».

La intervención de Leonardo Di Doménico —representante de los trabajadores activos en Caja Bancaria (CJPB)— recayó sobre el principal tema tratado en la Asamblea Nacional de Delegados (AND), el de nuestro instituto previsional, un subsistema que, a su entender, «no solo es digno por la materialidad de sus prestaciones sino que lo es por mantener vivo el principio de la solidaridad». 

Cuando faltan pocos años para el centenario de Caja Bancaria, entramos en un año en cual, por impulso del nuevo Gobierno, está planteado su ingreso a un sistema previsional integrado. Ello suscita interrogantes. «¿Son necesarias reformas para asegurar la sostenibilidad de los sistemas previsionales? Sí, son necesarias. No nos oponemos a las reformas, pero son solo un instrumento, no son un fin en sí mismas. Si se pretende utilizar la reforma previsional con fines extraprevisionales obviamente la sociedad va a entrar en conflicto», anunció Di Doménico.

Nuestro delegado ante la Caja Bancaria continuó preguntando: «¿Las reformas previsionales resuelven las contradicciones materiales de los sistemas económicos? No, no las resuelven. Es más, una reforma previsional mal desarrollada las agudiza. ¿Las reformas previsionales resolvieron problemas de crisis económicas? No, no los resolvieron. Es más, los regímenes de seguridad social permitieron amortiguar el impacto de las crisis económicas en nuestras sociedades».

Si bien entendió necesaria una «suma de reformas en las reglas de funcionamiento de los sistemas, para permitir potenciar su sostenibilidad», se preguntó si ellas siempre «tienen que seguir gravando al trabajo como fuente genuina de aporte a la seguridad social», si «la humanidad no debería repensar las bases materiales del financiamiento de la seguridad social».

Llegado a este punto plateó que ese es un debate que tenemos que instalar en esta etapa. «No podemos admitir que […] sigamos insistiendo en que la alternativa es reajustar las formas contributivas a la seguridad social sobre la masa salarial, sobre el valor de nuestra fuerza de trabajo. No podemos seguir insistiendo en mecanismos de financiamiento de la seguridad social que impliquen un consumo de vida mayor del que ya estamos realizando».

Tras este alegato entendió que, dadas las señales del Poder Ejecutivo, «todo está orientado a vender una reforma previsional que, en realidad, encubre una reforma fiscal, una reforma de redistribución del ingreso en el país. Eso no solo nos pone en estado de alerta, sino en la obligación política y ética de oponernos responsablemente lanzando iniciativas».

Acto seguido Di Doménico descartó por nocivas a «las reformas que solo pretendan licuar el déficit fiscal con más aportes del trabajo ya sea hacia el pilar del reparto o, eventualmente, hacia la potenciación de un pilar de capitalización individual», porque «está demostrado en el mundo entero que no le da sustentabilidad material a los seguros sociales».

Frente  a estos fracasos resaltó: «Gracias a la unidad del gremio, tenemos la Prestación Complementaria Patronal, PCP» incorporada en diciembre de 2008 a la recaudación de la CJPB.  «La PCP lo que hace en buena medida es facturar el aumento de productividad que genera el cambio técnico con igual o menor cantidad de trabajadores. Es una alternativa inédita, no hay ningún otro instituto de seguridad social en el mundo que tenga en práctica esta fuente contributiva a su  financiamiento. Por eso creemos que aquí hay una referencia tangible, concreta, capaz de ser extrapolada al régimen general».  

Más adelante nuestro representante se refirió a los argumentos que se manejan para fundamentar una reforma integral. Entre ellos mencionó los que refieren a que un mismo trabajo, según en qué lugar de la economía se realice, se remunera diferente y genera luego asimetrías en materia de jubilaciones según las cajas de que se trate. Frente a estas situaciones entendió que «mitigar esas asimetrías no se logra con una sola reforma ni con una sola transición. La forma de mitigar las asimetrías […] solo se puede hacer, primero, con grandes acuerdos políticos, con un gran diálogo nacional en donde estemos representados todos los actores».

Di Doménico agregó que otro elemento a tener en cuenta es el factor tiempo, habida cuenta del apremio con que está actuando la coalición de gobierno. «¿Quién de los aquí presentes se puede oponer a un sistema único de seguridad social, donde no solo incluyamos al sistema previsionario sino también al sistema de salud? Ahora, hay procesos, hay momentos, hay oportunidades. Si se quiere hablar de una reforma integral que efectivamente mitigue y en el mejor de los casos anule las asimetrías, tenemos que pensar en una perspectiva de muy largo plazo y —muy particularmente— atendiendo a las características poblacionales y a las posibilidades de desarrollo del país», sostuvo.

«No tenemos una posición contraria porque sí a la integralidad, a que los subsistemas pasen a un sistema único», reiteró el dirigente. «Sería un agravio decir que AEBU se opone a la integralidad para defender su Caja Bancaria. Estamos a favor de la integralidad, pero obviamente en coordenadas políticas  e históricas opuestas a las que hoy se pretenden imponer. [Se está] sustituyendo un diálogo nacional, sustituyendo una red amplia de intercambio con todos los actores vinculados directa o indirectamente a la seguridad social», acusó. Todo ello «buscando la vía expedita de una comisión de expertos que, rápidamente, capitaliza mayorías parlamentarias para poder satisfacer la iniciativa privatizadora del Poder Ejecutivo de imponernos una reforma que, como viene pintada, es más una reforma fiscal encubierta que una que pretenda dar sostenibilidad al sistema general de seguridad social».