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Homenajeado por abrir caminos

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Homenajeado por abrir caminos

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Recientemente jubilado, Ruben Barboza fue homenajeado ayer por el Consejo Central por su decisiva labor en la afiliación de los trabajadores de Juncadella (hoy Prosegur).  

La trayectoria de Ruben Barboza constituye un caso paradigmático sobre la experiencia de un grupo de trabajadores en el camino de su sindicalización, cuando enfrentaron a una empresa caracterizada por su conducta represiva. Barboza no es un jubilado más para AEBU; fue nuestro primer afiliado de un sector no bancario. Su vínculo comenzó en 1994 como trabajador de la transportadora de caudales Juncadella, y posteriormente pasó a Prosegur cuando esta absorbió a la primera.

Este compañero justamente homenajeado llevó adelante una difícil lucha por los derechos sindicales en una empresa donde los trabajadores eran tratados a rigor y en forma arbitraria. «Sabíamos que nuestro trabajo era bancario, pero no teníamos claro qué sindicato nos tenía que defender. Finalmente llegamos a esta casa y después de una larga lucha se logró lo que más anhelábamos: que se respetaran nuestros derechos. Porque era muy difícil trabajar entonces en esa empresa», explicó ayer a Radio Camacuá.
  
Una prueba de las dificultades antes mencionadas quedó patentizada a poco de conformarse el sindicato de base: «A mí, en 1995, la empresa me mandó un telegrama colacionado diciéndome que era despedido por 'conducta improcedente'. Los doctores Ricardo Mantero y Armando Cuervo, asesores legales del sindicato, me indicaron que le preguntara a la empresa qué significaba ese tipo de despido. El gerente me dijo que yo había hecho una reunión sindical frente a las oficinas de un cliente, a lo que le respondí que sí, que había sido un sábado y en la vereda. Me dijo que no se podía y que por eso me despidieron». Después, agregó que la empresa cambió la carátula del despido por «notoria mala conducta» y el sindicato pidió pruebas al respecto que no fueron aportadas. Entonces, en un último telegrama lo acusaron de «estafa», alegando que junto con otro funcionario falseaba el registro de las horas extras. En realidad, Barboza registraba las horas extras correctamente de acuerdo con lo prescrito por la ley y de esta forma evitaba que la empresa robara minutos trabajados al no contabilizarlos. Ante la falta de argumentos válidos de la patronal, el caso terminó con la restitución del compañero y a raíz de la defensa de AEBU se afianzó la situación de todos los afiliados en esta transportadora.  

En un momento especialmente emotivo de la sesión de homenaje, el doctor Armando Cuervo —hoy administrador de AEBU— entregó a Barboza una reproducción del acta de su reinserción a la empresa, constituida en todo un símbolo de justicia. 

Más adelante, en la entrevista, el trabajador se refirió a la resonancia que tuvo la movilización de AEBU en esa instancia. «El caso mío y el de algunos otros compañeros de esa época no solo repercutió a nivel sindical, lo hizo en el Ministerio de Trabajo y además en el Parlamento. Porque una de las prácticas  que tenía la empresa era revisar los órganos genitales de los varones y mujeres cuando había un faltante de dinero». La empresa reconoció en el Ministerio que esa era su práctica y eso llevó a que se hicieran denuncias penales y a que el simple caso de una afiliación terminara en el Parlamento.  

Escuchar la entrevista en Radio Camacuá