En uno de los diez documentos presentados por AEBU a la Comisión de Expertos en Seguridad Social se detallan las tres etapas a cumplir en la reforma de la Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias (CJPB). Una primera de equilibrio financiero y acumulación de reservas, otra de déficits operativos que deberían cubrirse con las reservas y una final de sustentabilidad a muy largo plazo. 

La reforma de 2009 permitió a la CJPB prever el boom jubilatorio que se vendría en esta década y adaptar su funcionamiento para atenderlo de manera segura. Esta reforma no fue indolora e implicó sacrificios para todos los sectores que la sostienen: hoy los nuevos jubilados cuentan con condiciones jubilatorias inferiores a sus antecesores, y por su número provocarán resultados operativos negativos a la Caja. Pero estos serán cubiertos con el producido de las inversiones y las reservas previamente acumuladas, tal como se previó en el diseño de la reforma, en un diagnóstico que se viene cumpliendo al pie de la letra. 

Las operaciones del sistema financiero están basadas cada vez más en medios tecnológicos, hecho que se traduce en una menor intensidad de mano de obra. La repercusión de este proceso sobre la CJPB se ve mitigada en parte gracias a un aporte patronal complementario calculado sobre la actividad financiera y no sobre la masa salarial. 

De todas las variables relevantes tenidas en cuenta para la reforma de 2008, la única cuya proyección no resultó ajustada a la evolución real fue el ajuste de pasividades. Este fue muy superior al previsto y redundó en beneficios directos para los pasivos. Estos, durante varios años, vieron reajustar sus prestaciones bastante por encima del costo de vida (IPC). Este factor presenta en la actualidad una tendencia inversa, en función de las decisiones en materia salarial asumidas frente a la crisis actual. 

Aunque el número de afiliados activos tuvo un descenso esperable, los ingresos no sufrieron una caída proporcional, como efecto de un nuevo modelo de retribuciones que se viene perfilando en la actividad financiera.

Está prevista una tercera etapa en el desarrollo de Caja Bancaria que se extiende hasta 2059. Esta fase estará signada por superávits operativos de tendencia creciente, como efecto de la evolución natural de la realidad demográfica del colectivo amparado, que supondrá un descenso del número de altas por jubilación. A esto se suma el proceso de extinción de las jubilaciones prerreforma. En esta etapa asistiremos a una acumulación de reservas y al incremento patrimonial sostenido. Este, por una parte, posibilitará cumplir con todas las obligaciones generadas en las etapas anteriores. Por otra, permitirá revisar los parámetros de las contribuciones extraordinarias realizadas por todos los colectivos involucrados. 

Hasta aquí un breve resumen de este documento que a continuación presentamos en su integridad:

Los equilibrios generados en al última reforma y sus etapas