Como secretario general de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur se refirió a los efectos de la reforma laboral en Brasil: «Nos solidarizamos con los trabajadores de Brasil y compartimos los argumentos dados en esta conferencia. Ellos han demostrado que ya tiene efectos la reforma laboral en cuanto al desempleo y al aumento de la pobreza, variables que han hecho que la calidad de vida haya empeorado en Brasil», expresó. 
 
Subrayó además que «la lucha de los brasileños es nuestra lucha porque nuestra región —el Mercosur— tiene una herramienta fundamental para las relaciones laborales. Es su Declaración Sociolaboral. Los trabajadores, empresarios y gobiernos del Mercosur invertimos años para actualizarla y convertirla en una herramienta tripartita reivindicada por todos. Y ahora, en nombre de la modernidad, vienen aquí a venderse recetas que son de la década del 90. Son las mismas caras anticuadas que vienen a vendernos recetas que ya conocemos para desregular». 
 
Acusación indignante

Finalmente —y ante nutridos aplausos— hizo un fuerte planteo: «Me agravio, nos agraviamos junto a los trabajadores brasileños por la intervención de un ministro de Brasil que tiene el tupé de decir que nuestro modelo sindical tiene algo que ver con el modelo de Mussolini. Ese es un insulto que acá no se puede permitir. Agraviados como estamos pedimos que ese gobierno se retracte, además de cumplir con las normas de OIT».