María Flores, histórica integrante del SUTTA, reveló en diálogo con Plataforma Camacuá que esta cuestión ha sido un punto de tensión en las rondas de negociación que comenzaron en agosto de este año.

El convenio colectivo del SUTTA, que abarca a trabajadores rurales en todo Uruguay, se encuentra vencido desde julio de este año. Ante la oportunidad de renovar el acuerdo, el sindicato ha presentado una plataforma de propuestas que incluye alrededor de dieciséis puntos, algunos de los cuales se están discutiendo por primera vez en el ámbito rural. Estos puntos van desde cuestiones salariales hasta temas de género y condiciones de trabajo, como el suministro de útiles escolares para los hijos de los trabajadores rurales.

Sin embargo, la respuesta de la contraparte patronal sorprendió al sindicato, ya que se centró en un único punto: la flexibilización de la ley de 8 horas. María Flores expresó su desconcierto ante esta priorización, dado que esta ley representa un logro histórico para los trabajadores rurales y no están dispuestos a dar marcha atrás en las conquistas laborales logradas con tanto esfuerzo.

"Después de toda la lucha que se dio, los últimos en acceder a la ley de las 8 horas fueron los trabajadores rurales. No estamos dispuestos a dejar eso pendiente ni a negociarlo. Realmente, nuestra preocupación es no flexibilizar una jornada de 8 horas donde no queremos volver al tiempo en que trabajábamos de sol a sol o canjeábamos días por un pedazo de carne", afirmó Flores.

Las partes se reunieron recientemente en el Ministerio de Trabajo, donde se discutió la situación y se acordó que habrá próximas reuniones para avanzar en las negociaciones. El sindicato espera que la patronal esté dispuesta a abordar otros puntos importantes que han planteado, como el suministro de útiles escolares para los hijos de los trabajadores rurales, una medida que consideran esencial para retener a las nuevas generaciones en el campo.

"Queremos que los jóvenes no se vayan del campo, pero necesitamos las condiciones adecuadas para que eso suceda. No se trata de pedir lujos, sino de garantizar condiciones de vida dignas para nuestros trabajadores y sus familias", señaló María Flores.

En un momento en que el costo de vida aumenta y las condiciones económicas son cada vez más difíciles, el SUTTA lucha por mantener los derechos laborales y mejorar las condiciones de vida de sus afiliados. La flexibilización de la ley de 8 horas es un punto en disputa que, para el sindicato del tambo, no está sobre la mesa para negociar.