Resultaba muy difícil defender los contenidos de la LUC y por eso el proceso para elaborar y votar esta ley fue vertiginoso. Durante la recolección de firmas contra 135 de sus artículos. los integrantes del Gobierno rehuyeron cualquier debate que se les planteara. Ahora, alcanzadas las 800 000 firmas y ya en plena campaña, tienen que remontar la montaña de mentiras que ellos mismos construyeron. 

El recurso empleado es el mismo: más mentiras y tergiversaciones. No se privan de emplearlas tanto el secretario de la Presidencia como el ministro del Interior. En un encuentro partidario y con un público adicto y acrítico, la mano derecha del presidente Lacalle Pou, el doctor Álvaro Delgado se refirió a los niños huérfanos o separados judicialmente de sus padres y a las parejas que desean adoptarlos. Explicó luego cómo la LUC resolvía los problemas burocráticos antes existentes y abreviaba los tiempos de las adopciones para felicidad de los niños y los nuevos padres. Delgado coronó su sensiblera intervención señalando que ese avance estaba contenido en uno de los 135 artículos impugnados por la Comisión Prorreferéndum. Todo lo relatado quedó estampado en un video que circuló ampliamente por las redes, en el que también se muestra claramente que el artículo 406 por él aludido no está incluido en la hoja con la cual se recogieron las 800 000 firmas. Este episodio es ejemplar en varios sentidos, porque Delgado se burló de la buena fe de su auditorio y lo estimuló a reproducir un mensaje falso, a la vez que dejó en claro los extremos a los que están dispuestos a llegar los sostenedores de la ley. 

Por su parte, ansiosos de mostrar efectos positivos de la LUC, el ministro del Interior Luis Alberto Heber y su asesor Andrés Capretti intentaron aprovechar el caso del futbolista Martín Sciappacasse para adjudicar su detención a las bondades de la LUC, pero fueron contundentemente desmentidos por la fiscal del caso Ana Dean quien encuadró lo sucedido en la Ley de Procedimiento Policial, dictada en 2008. Heber y Capretti se cuidaron de volver a repetir esta mentira.

Y si estos altos funcionarios no tienen escrúpulos para falsear la realidad con tal de arrimar agua para el molino del No, hay otros que demuestran inseguridad cuando son colocados en el difícil terreno del debate público, sobre todo cuando son de los primeros invitados a pisar este terreno. Hace pocos días quedó en evidencia la debilidad del Gobierno en la defensa de la ley, personalizada en la actitud que adoptó Gonzalo Baroni, director de Educación del Ministerio de Educación y Cultura. Este jerarca rehuyó debatir en el programa En Perspectiva de Radiomundo con el maestro Luis Garibaldi sobre los artículos relacionados con los temas de su especialidad incluidos en la LUC. 

En el Gobierno repiten la canción de Sumo Mejor no hablar de ciertas cosas. Por eso unánimemente las intendencias del interior que responden a la coalición multicolor dejaron de apoyar a las murgas, que gustan tradicionalmente de poner sobre las tablas los temas políticos. Se trata de evitar que el tema del referéndum se mantenga en el primer plano, y por ello le está resultando difícil a los periodistas concertar debates en las radios y la televisión con la participación de figuras de peso en el Gobierno. Pero todo tiene un límite, porque si no se argumenta no puede ganarse un referéndum y este es el callejón sin salida en el que la coalición se ha metido y del cual intenta salir con un alud propagandístico. 

No vale alegar que este referéndum es un palo en la rueda para impedir que la coalición multicolor gobierne. Sucede que el pueblo quiere gobernar y por ello refrendó esta voluntad con las 800 000 firmas requeridas constitucionalmente. Y ahora vamos a un referéndum para consagrar un decisivo acto de Gobierno: la derogación de 135 artículos de la LUC. 

¡A las calles compañeros, a las calles, a las plazas y a las ferias, a convencer y a vencer!