Con la memoria todavía viva de los intentos privatizadores del apogeo neoliberal de los años 90, frustrados por nuestra lucha, el Consejo del Sector Financiero Oficial enfrenta ahora de manera decidida una nueva oleada empresarial. Mediante un comunicado este colectivo historió un primer movimiento ejecutado en octubre pasado por el director de la Asociación Uruguaya de Empresas Aseguradoras (AUDEA), continuado este mes por el CEO de la aseguradora SURA, Esteban Pignanelli, ambos publicados en semanarios locales.

Este último avanzó otro paso al entregar a jerarcas del gobierno entrante un documento titulado «Alternativas de aseguramiento de riesgos laborales para Uruguay», con la propuesta de un cambio de régimen que eliminaría el actual monopolio del Banco de Seguros en ese rubro.

Tras dar detalle de estos antecedentes, el consejo del sector oficial emitió un documento en el que se extiende sobre los daños que implicaría para los trabajadores un cambio en las reglas de juego. Allí recuerda lo establecido por la Ley 16.074 sobre la cobertura de los accidentes de trabajo. Estos constituyen una «responsabilidad civil en la cual el patrón es el asegurado, y por lo tanto debe ser enteramente financiada por las empresas». También se señala que la ley «no permite lucrar con esta cartera y en caso que existan ganancias, estas se deben invertir en seguridad laboral», a la vez que menciona «un reciente y claro ejemplo»: la inversión realizada por el Banco de Seguros del Estado en la construcción del nuevo hospital, que insumió 40 millones de dólares. Asimismo, señaló: «Los excedentes obtenidos por esta cartera han permitido una rebaja general de tarifas del 5 % en coberturas por accidentes de trabajo, primas que los empresarios pagan». 

El comunicado finaliza con una exhortación «a toda la población y en especial a la clase trabajadora a estar alerta frente a posibles ataques desmonopolizadores» en contra del Banco de Seguros. «No permitiremos que nuestra salud sea un bien de mercado; la salud es un derecho y la vamos a defender. Los derechos no se venden ni negocian».