Los fuegos estarán encendidos a las 17,30 el martes próximo en Plaza Independencia, el espacio público más emblemático del Uruguay, donde se cocinará para los necesitados del barrio. Será una jornada digna de ser compartida, para la que se prevé una altísima participación dada la enorme cantidad de actores involucrados en este fenómeno social solidario que habla tan bien de nuestro pueblo. 

La Coordinadora Popular y Solidaria por Vida Digna se pregunta: ¿Por qué existen las ollas populares? ¿Por qué cada vez más gente va a las ollas? ¿Por qué la solidaridad entre vecinos tiene que afrontar en soledad una situación de crisis económica?  Estas interrogantes surgen después de un año y medio de pandemia, en cuyo transcurso las ollas populares se articularon y alcanzaron una organización. Desde ella se mira en profundidad el problema social que atienden, y se busca en el Estado —más allá del poder político de turno— las soluciones que la gente necesita. En las ollas se convive con el hambre, la desigualdad, la precariedad y se rechaza la negociación con las necesidades de la gente a través de la asistencia alimentaria tercerizada por el Gobierno.

En una reciente entrevista del programa En Perspectiva de Radiomundo Paola Beltrán, integrante de la Coordinadora, resaltó en primer término el carácter solidario de su organización. «Lo nuestro es una movida solidaria. Es complicado cuando todo se trata de blanco o negro. Parece que cualquier cosa que ocurre tiene que ver con si le quiero contestar o no al Gobierno». 

«Nosotros hablamos de Estado; el Estado lo puede estar gestionando un Gobierno de un color u otro, si hace las cosas mal las organizaciones sociales se lo tienen que decir». 

Por ello Beltrán señaló a esta administración como «la que tiene que hacer que el Estado empiece a estar presente. Nuestro objetivo es que el gobierno se haga cargo de que hay una situación de emergencia y que la política social del Mides no puede ser eternizar las ollas populares».

La luchadora social insistió en este punto: «La política del Mides no puede ser dar el número de una olla popular para que la gente vaya a comer. Eso no es correcto; las personas tienen que comer en su casa, tienen derecho, y para eso el Estado tiene que tener respuestas que atiendan a esa situación».