En efecto, una de las dificultades enfrentadas por su empresa es que los intereses de los micropréstamos se consideran legalmente usurarios a partir de una tasa del 25,5 %, muy inferior a la del 100 % que se aplica para los préstamos al consumo. Por este motivo, el gobierno estima que la legislación existente dificulta el desarrollo de su política de estímulo a las microfinanzas y a la bancarización, y maneja un  borrador destinado a modificar los criterios actuales. 

Murias expresó en Camacuá y Reconquista que el costo operativo de las microfinazas es mayor del que tienen las financieras, porque deben trasladarse físicamente a las pymes, elaborar balances lidiando con contabilidades caseras y recién entonces hacer una evaluación de riesgo. Las financieras, en cambio, se manejan solamente con recibos de sueldo o de consumos de energía eléctrica para conceder sus préstamos. 

El principal de República Microfinanzas informó que las trabajadoras de su empresa —ex funcionarias de Riloman— salen a la calle en busca de los clientes y, para ello, recorren distintos microemprendimientos donde realizan una labor explicativa y de captación de negocios.