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Club Deportivo AEBU en modo pandemia

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Club Deportivo AEBU en modo pandemia

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El Club Deportivo AEBU ha sabido reinventarse y continuar conectado con los socios al influjo de la inventiva y el cariño de sus docentes.

«Siento que el club nunca cerró, nunca perdimos la posibilidad de encuentro y de acercamiento con los socios y las familias. Nos tuvimos que reinventar, pero todos entendimos rápido que esa era la forma de estar cerca y acompañarnos mutuamente. A partir del 16 de marzo comenzamos a andar en esta nueva modalidad. Todos los funcionarios del club estuvimos a disposición para realizar múltiples actividades: al principio se realizaron videos que grabábamos [los profesores] para los niños y preescolares del jardín, videos para escolares y educación inicial, y para los niños de los convenios con el colegio Atahualpa, Banco de Seguros y Ministerio de Economía». De esta forma, la profesora Silvana Renom —coordinadora del Club Deportivo AEBU— se refirió a la reconversión club para adaptar su funcionamiento al modo pandemia. 

«Seguimos caminando hacia esta 'nueva normalidad' y aparecieron las clases de gimnasia on line, que fueron realmente un éxito. Diferentes horarios, diferentes propuestas llegaron a cada casa y recibieron mucho afecto de cada uno de nuestros socios y de los [usuarios por] convenio. Cada día nos felicitaban por el trabajo realizado». La devolución de los socios, a su vez, renovó el entusiasmo de los docentes del club y fue así que se emprendieron nuevas actividades on line: clases de rehabilitación postural, Pilates, core, funcional, flexibilidad…«Nuestros adultos mayores se sintieron contenidos y queridos en esta etapa en la que los profes realizaron una labor muy importante, ya que los atendían por teléfono, los incentivaban y les enseñaban cómo utilizar la plataforma para poder ingresar a las clases».

Pero no se quedaron aquí. Se dictaron clases on line semanales para los colegios con una respuesta muy positiva. También las hubo para las chicas de handball, con muchas actividades deportivas y recreativas a la vez, «armando equipos para jugar el partido más difícil, generando unidad sin la presencia cercana». A la vez se dictaban clases de gimnasia artística para las niñas dos veces por semana y para los socios jóvenes y adultos de karate tres veces por semana.

«Seguimos generando y aparecieron las 'zoom fest' que los profesores armaban cada 15 días con actividades recreativas para todos». De esta forma se pudo ver «gente alegre, feliz, interactuando con personas que nunca habían visto dentro del club, armando una picadita para esperarnos y sobre todo deleitarse con una linda y divertida propuesta».

La inagotable imaginación de los docentes de AEBU continuó alimentando a los socios del club: «Había que ir por más porque así nos gusta. Entonces generamos charlas con nuestros profesores licenciados en fisioterapia (tres charlas de nivel académico, pero cercanas a la gente).

Estos tres talleres nos enseñaron hábitos de la vida cotidiana que nos afectan y nos marcan. Aprendimos de patologías, de dolores musculares, de cómo levantarnos, de qué manera es mejor dormir y sobre todo de cómo sobrellevar mejor el sedentarismo que nos provocó esta pandemia».

Luego bucearon en la historia a través de entrevistas con personas referentes de AEBU, en las que «nos reímos, aprendimos y nos contaron historias de nuestro AEBU querido». Recordaron las épocas vividas por el entonces Sector Deportivo, y averiguaron «cuál es la razón de por qué siguen queriendo a la institución y al club en sí mismo». Los docentes Ricardo Pineyrúa y Marcelo Tulbovitz, y el actor Alfonso Tort fueron en esta primera etapa los convocados, quienes con mucho gusto aceptaron participar.

En esta generación de iniciativas el área de handball y sus jugadoras no se quedaron atrás; realizaron lo que llamaron el «camino al origen», dedicado a historiar el segundo inicio de la práctica del handball en AEBU (desde 1997 a 2020). Se trató de un ciclo de charlas a través de Instagram con referentes de toda esa época; exjugadoras, técnicos, padres, dirigentes y algunos deportistas de élite como Sebastián Fernández, jugador de la selección mayor uruguaya de fútbol y Santiago Melle, golero de la sub 20. «Padres, amigos, hermanos, todos en la pantalla de Instagram o Facebook de AEBU Club, para apoyar y aprender de nuestra historia de handball, de por qué el club es el mejor lugar donde sus hijas pueden estar».

Esta permanencia en cercanía y unión con los socios y deportistas —y a pesar de todo— también los unió para dar ayuda a los necesitados de la Ciudad Vieja: «Vivimos juntos momentos muy solidarios, de apoyo a la olla solidaria que el sindicato lleva adelante hasta el día de hoy y entregando ropa a muchas personas que se acercaban». Atendieron la realidad social barrial y colaboraron para que cientos de personas tuvieran un plato de comida y se los atendiera dignamente.

Para hacer efectivo este impulso solidario, «el handball y el fútbol de AEBU generaron una movida sin igual: recorrieron diferentes barrios, diferentes clubes para conseguir ropa, alimentos no perecederos y donaciones de carne; hasta galletitas con los colores de la institución». Y junto a ellos y con igual entusiasmo actuaron los funcionarios del club que ofrecieron sus vehículos para ir a buscar colchones, sábanas, ropa y alimentos para entregar al fondo solidario del sindicato.

En los meses siguientes los profesores continuaron su compromiso destinado a generar más conexiones con los socios. A la vez el club incorporó nuevo equipamiento y materiales, y agregó más horas de clase en los gimnasios. El gimnasio mayor fue convertido en una sala enorme que, al decir de Silvana Renom, «nos posibilita tener más clases personalizadas y brindarle al socio la posibilidad de ser atendido individualmente. Volvimos con una fuerza increíble con una empatía y responsabilidad asumida, con un compromiso social de que esta es la forma de empezar y que pronto estaremos al 100 %», señaló con la convicción y el entusiasmo que la caracteriza.

Y para el final tenemos el 'hasta pronto' de esta querida docente: «Aún no podemos tener piscina (aunque la estamos preparando para ustedes), ni vestuarios, debido a los permisos de la Secretaria Nacional de Deporte, pero sí tenemos un corazón enorme para recibirlos. Acá estamos esperándolos y deseando que esto pase y que esta pandemia nos haya fortalecido más aún. Seguramente los funcionarios del club sí lo hicimos. Nos encontramos, crecimos como equipo, nos apoyamos, nos ayudamos respaldados por un sindicato gigante que nos mantiene en pie. Solo [nos queda] agradecer a todos y a cada uno por el apoyo incondicional que recibimos en esta etapa».

Fuente: Revista CDA Jubilados