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De cualquier manera no

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De cualquier manera no

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El sindicalismo adulto logró esta semana derrotar con razones y movilización dos resoluciones autoritarias del gobierno.

Coincidieron por estos días la vuelta al trabajo de los trabajadores de la construcción, luego de una licencia extraordinaria, y el anuncio de la reapertura de las escuelas rurales. En ambos casos las condiciones de estos retornos que pretendió imponer el gobierno despertaron dudas justificadas en el SUNCA y en los sindicatos de la enseñanza, visto el ritmo de los contagios del COVID-19.

Por su parte, los trabajadores de la construcción rechazaron inicialmente que el reintegro se produjera solo porque se había llegado al fin de la licencia pactada y exigieron una negociación sobre las condiciones de trabajo. El 8 de abril el SUNCA se plantó fuerte porque el presidente, Luis Lacalle Pou anunció que se reanudarían las grandes obras interrumpidas por la propagación del virus, sin atender a la anunciada reunión del ejecutivo del sindicato destinada a fijar posición sobre el tema. Como lo había advertido anteriormente el presidente del sindicato de la construcción Daniel Diverio, el escenario sanitario era «aún más complejo» que antes de la licencia, había «cosas sin contemplar» y esto debía resolverse antes del 13 de abril, fecha prevista para el retorno.

Una simple enumeración, a título de ejemplo, sobre las aspectos finalmente acordados en el protocolo firmado con el gobierno para aceptar la vuelta a los andamios, muestra todo lo que se pretendió llevar por delante sin consultar al gremio: la situación de trabajadores que integran la población de riesgo, las condiciones de alojamiento de los 300 obreros del ferrocarril a Paso de los Toros, el análisis del tamaño de las obras, de la cantidad de trabajadores empleados en cada una de ellas, los lugares y los elementos disponibles para la higiene y la protección antiviral, los dormitorios, los traslados y otra serie aspectos fueron desplegados sobre una mesa de negociación y finalmente acordados. El SUNCA, su experiencia y la de sus asesores quedaron reflejados en este protocolo consensuado en el Ministerio de Trabajo con la Cámara de la Construcción y la Asociación de Promotores Privados de la Construcción. Luego, de manera responsable, la conducción del sindicato implementó la forma de lograr que este se cumpliera en cada caso. Para ello se dispuso que delegados sindicales se desplegaran, a partir del lunes 13, por todo el territorio nacional para constatar posibles desviaciones respecto de lo pactado. 

973 dividido 2

Otra decisión inconsulta del gobierno recayó sobre las escuelas rurales. En principio el gobierno pretendió reabrir el 22 de abril próximo 973 de ellas, pero luego de conocer las razones de la Federación Uruguaya de Magisterio este número se redujo a 500, casi a la mitad. Nuevamente la impaciencia que caracteriza a este gobierno pretendió imponer las razones políticas por sobre las de los funcionarios y técnicos. El 9 de abril, un comunicado firmado por el Secretariado Ejecutivo de la FUM afirmó que recibieron «con desconcierto» la decisión del gobierno [de reabrir las escuelas rurales] porque «implica flagrantes contradicciones e incoherencias con la campaña» que reclama a la gente permanecer en sus casas. Allí se inició un proceso que llevó al gobierno a mirar más de cerca la variada realidad presentada por estas escuelas y a entender que, ni de cerca, se podían poner a funcionar todas ellas en pocos días. Finalmente, solo se reabrirán las que estén en condiciones adecuadas de higiene y saneamiento, y que tengan una capacidad adecuada para mantener el distanciamiento entre los alumnos (entre otros factores que fueron discutidos en las reuniones).

Para Elbia Pereira, secretaria general de la Federación Uruguaya de Magisterio, «no están dadas las condiciones para abrir las escuelas y no es momento de abrirlas, pero somos maestros y no médicos, no somos responsables». De todo lo sucedido esta última semana la dirigente rescató «que se lograra flexibilizar la decisión lo más posible y solamente se abriera en aquellas escuelas rurales donde estén dadas estas condiciones».

En dos escenarios diferentes los respectivos sindicatos mostraron una actitud adulta y responsable, defensora de la salud de sus trabajadores y —en el caso de los maestros— también la de sus alumnos. Vaya desde esta página nuestro abrazo solidario para los compañeros.