Desde filas del Gobierno se procura desprestigiar el paro al señalar que no es este un momento oportuno. Bien sabido es que para los gobiernos nunca es oportuno un paro general; la que aquí vale es la opinión de los sindicatos y su valoración de la situación de hambre sufrida por más de 100 000 personas, privadas de lo más básico para subsistir. 

El hambre, el desempleo, la rebaja salarial y la desigualdad, puesta de manifiesto por el aumento de los depósitos bancarios de los sectores de alta renta —tanto dentro como fuera del país— son los motivos que hacen oportuno e impostergable este paro general.

También nuestra medida servirá para volver a denunciar el atropello contra profesores de San José separados de su cargo por hacer «proselitismo», sin público presente frente a una solitaria cámara fotográfica.

Como lo afirmó el presidente del PIT-CNT Fernando Pereira, este paro es contra «la falsa contradicción entre economía y salud», para remarcar que «la vida debe ser prioridad» y que la ayuda con cuentagotas a los más desfavorecidos más se parece a una limosna que a una compensación decente.