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Reclamo de sindicatos sobre enfermedades profesionales es apoyado por Facultad de Medicina y OIT

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Reclamo de sindicatos sobre enfermedades profesionales es apoyado por Facultad de Medicina y OIT

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Entrevista al técnico prevencionista WALTER MIGLIÓNICO, funcionario del BSE e integrante del departamento de Salud Laboral y Medio Ambiente del PIT-CNT.

MANUEL MÉNDEZ – A las 13 horas, mañana miércoles 28 de abril, en AEBU habrá una presentación sobre dolencias y trastornos mentales, en reclamo de su inclusión en el listado de enfermedades profesionales que en este momento no están siendo contempladas. Este evento coincide con la conmemoración del día mundial de la Salud y la Seguridad en el Trabajo. ¿Qué significado tiene esta fecha?

WALTER MIGLIÓNICO – Mañana se conmemora el día mundial de la Salud y la Seguridad en el Trabajo. Es un día que fue definido por la Organización Mundial del Trabajo como una fecha de reflexión sobre la problemática que aqueja a quienes trabajan. Se trata de los accidentes de trabajo y las enfermedades contraídas a consecuencia del trabajo. Es una fecha que tuvo origen en los años 70 en el movimiento sindical canadiense y norteamericano. Y luego, poco a poco, se ha ido extendiendo al resto del mundo como una jornada en la cual se apunta a reflexionar sobre que, cuando ejercemos nuestro derecho al trabajo, estamos poniendo en cuestión nuestro derecho humano a gozar de un estado de salud pleno.

Esta fecha implica diversos actos y conmemoraciones y —como es nuestro estilo— en Aebu desde hace años aprovechamos esta instancia para reflexionar sobre algunas cuestiones que preocupan bastante al colectivo de trabajadores bancarios.

MM – Tenemos la ley, pero la ley no incluye todas las enfermedades profesionales.

WM – Esta lista a la que hacemos mención es anexa al convenio 121 de OIT, que establece las prestaciones en caso de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. En nuestro país se aplica una lista de 1981, que fue modificada por la recomendación 194 de la OIT en 2003, que incluyó unas cuantas más, llegando a 57 items.

Recientemente, el 25 de marzo de 2010, la OIT amplió nuevamente la lista de 2003, que a su vez ampliaba la lista de 1981, con la incorporación de algunas afecciones contraídas a consecuencia del trabajo que no estaban contempladas en la lista original.

Nuestro problema es que, de acuerdo con la Ley 16.074 del BSE, son indemnizables las enfermedades contraídas a consecuencia de estar expuesto a agentes físicos, químicos, o biológicos, incluidos en el decreto 167 de 1981. Se trata de una lista que no se ha ampliado ni mejorado. Seguimos rigiéndonos por una lista que tiene 30 años.

La idea es reflexionar en la jornada de mañana con todos los actores involucrados. Van a estar la OIT, el Ministerio de Trabajo, el BSE, la Facultad de Medicina, el departamento de Salud Ocupacional… La ley del BSE faculta a que este instituto incluya dentro de las enfermedades profesionales indemnizables las que entienda convenientes. Sobre este punto tenemos una discusión, porque sería interesante que se pusieran todas las de la lista.

Esta cuestión está en debate y sabemos que el banco está haciendo esfuerzos para ampliarla. La idea es reflexionar sobre este tema y que cada uno de los actores involucrados defina cómo nos tenemos que situar como sociedad para que se aplique la recomendación 194. Es una reflexión impostergable para nosotros y para toda la sociedad.

En lo que hace a los bancarios, la lista que fue ampliada en marzo de este año incluye afecciones como el estrés y las dolencias osteomusculares, como las tendinitis. Pero este reclamo de inclusión no es un planteo de Aebu, sino de toda la central, que desde su tercer congreso en 1987 está planteando que se aplique la lista de la OIT como corresponde.

La nueva lista menciona muchas enfermedades osteomusculares que no son consideradas hoy en día como enfermedades profesionales. Una aclaración para los oyentes: una cosa es una enfermedad contraída a consecuencia del trabajo y otra cosa es una enfermedad profesional. En Uruguay, son consideradas profesionales las que están en la lista, mandatadas por el decreto 167. O sea, las 29 originales de la cuestión, en lo que entendemos es un enfoque sesgado y reducido de lo que corresponde.

MM – Es decir que Uruguay estaría en falta con la ampliación de la lista.

WM – Sin duda. No lo digo yo ni el PIT-CNT ni la comisión de Salud Laboral de Aebu, sino la recomendación 194 de la OIT. Ahora salió una resolución de OIT que cuestiona algunos aspectos de la ley de fueros sindicales. En toda la prensa salió el tema, pero nunca salen las reiteradas recomendaciones que hizo la OIT a Uruguay sobre la no reglamentación de algunos convenios internacionales del trabajo en nuestro país, y tampoco sobre la ampliación del listado de enfermedades profesionales. Parece que eso no existe para la prensa en general.

MM – ¿Qué repercusiones han tenido en el gobierno y las cámaras empresariales los reclamos de ampliación del listado?

WM – Históricamente nunca pudimos sentarnos a conversar con el BSE. Pero hace dos o tres años logramos sentarnos a discutir formalmente. Si bien reclamamos la inclusión del listado tal como sale promulgado por la OIT, reconocemos las dificultades objetivas, en el sentido de que hay que determinar que la enfermedad fue contraída a consecuencia del trabajo. Puede haber algunas dificultades en cuanto al protocolo médico de atención, y esa es una de las cuestiones que empezamos a discutir con el BSE. Pero el hecho es que recién hace dos o tres años se han creado ámbitos de discusión. Nosotros estuvimos en esos ámbitos apoyados por los especialistas de cada tema de la Facultad de Medicina. Pero no se va a la velocidad que queremos.

Los empresarios no han manifestado nada expresamente. Pero en el Consejo Nacional de Salud y Seguridad sí se ha manifestado que Uruguay debe cumplir todos los convenios internacionales. Ellos son conscientes de la necesidad de adecuar nuestro marco normativo en salud y seguridad con los convenios internacionales que Uruguay está obligado a cumplir como Estado.
Pero hay algunas diferencias. Para nosotros es innegociable el costo de las atenciones. Para los empresarios no es tan así, y allí tenemos una confrontación sobre opiniones diferentes, que uno comprende pero no comparte.

MM – ¿Se ha avanzado con el BSE?

WM – Tenemos que reconocer que el BSE ha comenzado a manejar las dolencias osteomusculares —por esfuerzo repetitivo—, de manera un poco más amplia que antes, pero no como nosotros quisiéramos. Si se reconoce una enfermedad solo en el aspecto clínico, cuando el trabajador se enfrenta al médico y no se analiza el puesto de trabajo, estamos fallando en la necesaria investigación.

Estas cosas no nacen del aire. Parecería ser que las tendinitis en Uruguay son producto del medio ambiente, o porque en la casa uno trabaja lavando demasiada ropa con las manos, como le han dicho a muchos compañeros. Las lesiones por esfuerzo repetitivo no son una cuestión sindical sino científica. Son una lógica consecuencia de la intensificación de los ritmos de producción. Si se une la visión clínica del médico con el análisis del puesto de trabajo, sería esperable determinar que más del 85 % de las tendinitis de Uruguay tienen este motivo.

Hay ejemplos que rompen los ojos, con empresas que se instalan en un lugar con 120 trabajadores, y luego en un año 90 de ellos tienen tendinitis. Allí es donde hay que trabajar, para remediar esos desastres.

Todo el mundo conoce la posición del movimiento sindical sobre este tema. Si Uruguay se comprometió como Estado a cumplir el listado de la OIT, hay que cumplirlo. Es engorroso, difícil y lo reconocemos. Pero hay que hacerlo y hay que promover los medios para que se haga; de otro modo estamos incurriendo en algo peor. Decimos que hacemos cuando en realidad no hacemos nada, y estamos sembrando el Uruguay de compañeras —sobre todo— que quedan seriamente limitadas en su capacidad de seguir trabajando.

 

Transcripción: Valentina Roldós