No se apagaban los ecos de la celebración del Primero de Mayo cuando los enemigos de la libertad aparecieron para dejar su sello de infamia. Este atentado —que agravia a todo el movimiento sindical— es uno de los periódicos ataques sufridos por la sociedad organizada. Un emergente del odio que también se ha expresado contra los hitos ciudadanos que marcan la memoria sobre los actos de la dictadura. No es casual que, al igual que en AEBU, el local del sindicato metalúrgico haya sido designado como sitio de la memoria. 

Este atentado no es el primero que sufre la Untmra. Ya en octubre de 2006, tras romper una ventana, había sido arrojada dentro del local una bomba incendiaria que provocó daños en la estructura y en la instalación eléctrica del edificio. También fueron destruidas varias computadoras e inutilizados materiales de propaganda. 

Este nuevo acto criminal se enmarca dentro de un círculo de violencia fogoneado por civiles y militares retirados, quienes, con sus pronunciamientos nostálgicos sobre la dictadura dan alas a este tipo de acciones. 

Pero si con ello pretenden hacer retroceder a las fuerzas populares se equivocan. Por el contrario, solo reafirman las convicciones de clase, porque, por si lo olvidáramos, nos recuerdan la calaña del enemigo. Vaya desde AEBU nuestro abrazo solidario y a continuar la lucha con la misma firmeza de siempre.