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La madre de todas las crisis. Capítulo 3

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La madre de todas las crisis. Capítulo 3

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Tras la multitudinaria asamblea del Cilindro Municipal que definió un camino para salir de la crisis, AEBU inició un intenso trabajo dedicado a llegar a una síntesis con políticos, ahorristas y deudores.

En nuestra anterior nota mostramos cómo AEBU convenció al Gobierno de que la salida era política y no una cuestión puramente técnica, como pensaba el elenco económico. Hoy veremos de qué forma AEBU construyó su propuesta y cómo logró la adhesión de depositantes, deudores, comerciantes e industriales para evitar la liquidación de los bancos gestionados y la destrucción de la riqueza de nuestro país.

Durante la crisis de 2002 AEBU tejió una apretada red de contactos a diferentes niveles y en distintas geografías. Su acción fue insistente y persuasiva con sus interlocutores, hasta que finalmente se lograron acuerdos en los que todas las partes coincidieron. De este modo tanto los trabajadores bancarios como los decisores políticos, los depositantes y hasta los deudores enfilaron por un mismo camino que evitó la bancarrota de nuestra economía.

El poder de la convicción propia del sindicato permitió persuadir a otros actores e incorporar nuevos integrantes a un equipo técnico y político que finalmente redondearía la fórmula inicial. Así explicó Juanjo Ramos al diario Cambio de Salto —entonces presidente del Consejo del Sector Financiero Privado— esta construcción colectiva: «Se elaboró primero con un proceso de discusión interna, y segundo con sustento de técnicos nuestros y de todos los partidos políticos. Hicimos varias reuniones con técnicos nuestros, técnicos del sistema, técnicos de confianza que no eran del sistema y técnicos de los partidos políticos con los cuales se habló sobre este tema. Se llevó al doctor Ricardo Olivera del estudio Olivera Dellpiazzo, por ejemplo, que era claramente conservador; se llevó a José Manuel Quijano, se llevó a otros varios técnicos. Hubo un abanico muy amplio en el que se trabajó esta propuesta y más allá de que no es exactamente la propuesta que todos los técnicos hubieran querido, fue el resultado de un gran acuerdo». 

«Nuestra propuesta fue la única» 

Alcanzado este consenso había que vehiculizarlo, y la propuesta —continúa Juanjo— «se impulsó a partir de una resolución del sindicato y una presentación en el Parlamento. Ella ingresó en la Comisión de Hacienda y a partir de ahí se trabajó porque nuestra propuesta fue la única. Nadie más presentó una propuesta de ese tipo; por lo tanto el impulso a nivel político fue operando sobre todos los sectores. Hay que precisar que la salida final no fue exactamente la presentada por AEBU», matizó. 

El entonces presidente de AEBU Eduardo Lalo Fernández, entrevistado en medio de la crisis, explicó cómo la iniciativa se solidificaba a lo largo de una sucesión de decenas y decenas de reuniones con distintos protagonistas: «Tratamos de encontrar soluciones y salidas junto a los ahorristas, los deudores y el propio Parlamento, porque somos conscientes de que estamos ante una enorme crisis. Y hay dos caminos claros: tratar de encontrar de forma inteligente las salidas, o dejar que caiga todo». 

Pero no se trataba solamente de encontrar una salida momentánea para volver al mismo sistema financiero frágil que sufría crisis periódicas. Así lo entendió Lalo en ese momento: «Lo cierto es que en la actual situación debemos definir un nuevo sistema financiero que contemple a todos los protagonistas. […] AEBU apostó a la búsqueda de un camino de salida […] y esto no significa que estemos de acuerdo con la política económica del gobierno, que fue la que nos llevó a la actual situación. Lo que sí queremos es crear, de una vez por todas, la cultura de la unidad nacional y de la democracia de las grandes mayorías. Es la única forma de lograr salidas participativas». 

La banca del interior 

Dentro de gran problema nacional planteado se destacaba por sus particularidades la situación del interior. Ante la posibilidad de la liquidación de los bancos gestionados y sus efectos Juan José Ramos decía: «El interior queda sin bancos, sin cooperativas, sin créditos, sobre todo para esas empresas que hoy están funcionando a media máquina, pero siguen. Seis capitales departamentales se quedan sin bancos privados, y la capacidad —tanto de Cofac como del BROU— es mínima para responder a esas alternativas. Hay 360 mil cuentas que se cerrarían; de liquidarse los bancos; habría más de 150 mil afectados por los depósitos a plazo fijo y 2600 bancarios sin trabajo. Es un panorama verdaderamente conmovedor. Por lo tanto, el esquema de trabajo de AEBU consiste en hacer todo lo posible para evitar la liquidación de los bancos, y eso nos lleva de la mano a trabajar con los clientes. En este momento, fundamentalmente con los depositantes, y luego con el resto del sistema de clientes de los bancos gestionados. A partir de ahí se generaría un gran proceso de movilización contra la liquidación de los cuatro bancos gestionados». 

Uno —de entre las decenas de compañeros que realizaron giras incansables por diferentes ciudades del interior— fue Ángel Peñalosa, por aquella época presidente del Consejo del Sector Financiero Oficial. Así se expresaba:  «Hemos iniciado la etapa de empezar a vincularnos con quienes hoy son deudores de estos bancos gestionados, no solo a iniciativa de AEBU sino también por demanda de los propios deudores, quienes han entendido la necesidad de no proceder a la liquidación, según la propuesta del sindicato. Estuvimos el viernes en Soriano, en la ciudad de Mercedes y hoy una delegación viaja al departamento de Treinta y Tres, de modo que se abre un espectro muy amplio en el interior del país. En Mercedes tuvimos una gran jornada con importantes actores, como la Federación Rural, la Asociación Rural, el centro comercial, las asociaciones agropecuarias de Dolores y de Palmitas, y las asociaciones de lecheros. Fue una reunión muy grande en la Asociación Rural de Mercedes, donde tanto el planteo del sindicato en cuanto al mantenimiento de estos bancos como la nueva propuesta de creación del Banco Nacional ha sido compartida por quienes participaron de las reuniones. El dato interesante es que hasta ahora hemos trabajado con los ahorristas de esos bancos, que tienen un interés directo en el tema, pero ahora también los deudores han planteado su preocupación. Ellos también tienen interés directo tanto en los bancos gestionados como en el BROU. Se confirma una vez más lo que habíamos anunciado: la gran mayoría de los bancos suspendidos también son deudores del BROU. En consecuencia, de procederse a la liquidación y ejecución de estos deudores, no solo habría una situación crítica para ellos sino también para el propio BROU, que vería afectada su posibilidad de recuperar la cartera. Esto fue bien comprendido y en consecuencia hubo un amplio apoyo a la propuesta del sindicato. Esto está siendo difundido así por los medios de prensa de Soriano. También estuvimos en la Junta Departamental, donde hicimos la misma presentación que se hizo en el Parlamento. Tuvo muy buena recepción y seguramente en esta semana vamos a tener un pronunciamiento de la Junta a favor de la creación de la comisión de reconversión del sistema financiero. Sintéticamente, iniciamos esta nueva etapa con mucho apoyo de parte de quienes hoy son deudores de los bancos y con la propuesta sobre la mesa que, como decíamos la semana pasada, hasta ahora no ha aparecido otra. Frente a la liquidación, creemos que hay que transitar este camino».