Entrevistado por Radio Durazno TV, Gonzalo Pérez se refirió a la situación de los uruguayos usuarios de la línea de crédito social del BROU, entidad de la cual es trabajador. Como anteriormente lo había hecho con otros medios, relató que estas personas en las últimas semanas se volcaron a ese banco para solicitar créditos sociales. En esa oportunidad les ofrecieron renovar los préstamos vigentes con el estímulo de una postergación del pago de sus cuotas de junio, julio y agosto. Explicó luego que a primera vista la propuesta se podría considerar como muy  prometedora, pero que en realidad significaba un negocio financiero para el banco a costa de sus clientes más humildes. Lo que no se les decía es que al renovar sus créditos también subían los intereses financieros y con ellos se elevaría el monto de las cuotas que —en muchos casos— se volverían impagables. Además dijo que estas personas, si hacen la renovación ahora, cuando pretendan renovar nuevamente en diciembre para el tradicional préstamo de fin de año no tendrán margen para hacerlo, justamente por haber dejado de pagar tres cuotas. 

Para que esto no sucediera, dijo a Portal AEBU que ya el año pasado AEBU le propuso al directorio del BROU —y se la reiteró este año— una solución para las personas que operan tradicionalmente con el banco y hoy se están viendo afectadas por las consecuencias de la pandemia. La respuesta del directorio volvió a ser negativa, pero hace escasos días se produjo una novedad que muestra la doble vara con que se maneja el banco con sus clientes, ya se trate de empresarios o de usuarios del crédito social, aunque todos están igualmente afectados por la pandemia. «El banco, hace pocos días, la semana pasada, tomó una resolución que saludamos y nos parece perfecta: que todas las empresas en dificultades que sufren como producto de la crisis económica provocada por la pandemia puedan postergar por seis meses el pago de sus cuotas, manteniendo el valor de la cuota y por lo tanto también los intereses».

Pérez señaló que «en este caso sí hubo una postergación; estamos hablando de los gimnasios, de los salones de fiestas, de todo lo vinculado al turismo y el transporte escolar. Con todas esas empresas que se vieron en dificultades el banco tomó la determinación de postergar por seis meses el pago de la cuota, manteniendo por tanto su valor y también el de los intereses. Esta misma solución que se aplicó para las empresas es la que nosotros queremos que se aplique para los trabajadores y jubilados que también están en una situación de crisis». Al llegar a este punto recordó: «Todos sabemos que los salarios y las jubilaciones no han acompañado al Índice de Precios al Consumidor, IPC». Y a partir de este dato de la realidad declaró: «Esta gente tiene que tener el derecho a renovar el crédito social sin pagar los intereses y simplemente postergarlo, no pedimos [que se haga] por seis meses sino por tres, pero manteniendo el valor de la cuota».

El consejero explicó así el estado de situación: «Ya tuvimos dos reuniones con el directorio, pero esta nueva circular que publicó el banco para las empresas en dificultades no había salido, aún no la conocíamos. Por ello nos sorprendió que un planteo que nosotros hacíamos para los trabajadores y jubilados se haya aplicado a las empresas y no a los trabajadores y jubilados. Hoy lo que tenemos es una negativa del directorio del Banco República arriba de la mesa».

El año pasado el BROU obtuvo con el crédito social una utilidad de nueve millones de dólares y este año Pérez prevé que en 2021 esta será mucho mayor porque las necesidades de la población de modestos recursos se han agudizado. Por ello «estamos denunciando a un banco que el año pasado  ganó cerca de 500 millones de dólares. O sea que no estamos hablando de un banco que esté en dificultades y de que uno está haciendo una propuesta un poco alejada de la realidad. Estamos hablando de un banco que ganó 500 millones en un año y que si hubiera ganado 495 realmente no habría una gran diferencia y [esta diferencia] sí hubiera significado una ayuda para jubilados y trabajadores». Pero como dijo el diputado Gustavo  Zubía hace unos días, «hay una política de mercado donde se prioriza la producción y hay una política de solidaridad; las dos respetables. Pero lo que pasa es que son modelos. Modelos que ¿sabe dónde se cambiaron? En la LUC». Esta cita lo deja todo aclarado.