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Jardín de AEBU: las dificultades dieron paso a la innovación

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Jardín de AEBU: las dificultades dieron paso a la innovación

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A dos semanas de iniciados los cursos y por efecto de la pandemia el Jardín y Extensión Escolar de AEBU tuvo que reinventarse para continuar funcionando y lo logró con éxito.

Portal AEBU dialogó con Magela Pizzorno, maestra coordinadora del Jardín, para conocer cómo se adaptaron a las nuevas condiciones para mantener su vínculo con niños y familias. Tras el primer impacto producido por el cierre de los institutos de enseñanza dispuesto por el Gobierno el 16 de marzo, el Jardín de AEBU rápidamente inició un proceso destinado a adaptar sus actividades a las nuevas circunstancias. A través de reuniones virtuales sus docentes y psicólogos delinearon nuevas líneas de trabajo para conectarse a distancia con sus alumnos y padres. 

La coordinadora explicó que el corte del trabajo presencial llegó a poco de iniciado el año lectivo. «En el nivel 1 y 2 los nuevos ingresos estaban en pleno período de integración. Son niños que van gradualmente aumentando su horario y habían llegado a compartir con sus maestras una hora y media» de asistencia diaria. De manera que la pandemia interrumpió el recorrido de conocimiento mutuo entre niños, padres y maestros.

Para restablecerlo, los equipos técnico y docente implementaron el teletrabajo desde sus casas e invirtieron varias semanas en la planificación del reencuentro con los niños y las familias. Una premisa fundamental de este período fue que tenían que «mantener el vínculo afectivo y el pedagógico» logrado anteriormente.

Para cada nivel etario hubo un proyecto y el vehículo de comunicación fue la plataforma web con que contaba la institución. A ella se subieron videos, documentos y fotografías destinados a los niños y sus familias. «En los videos las maestras eran visibles, algo muy importante en el trabajo con niños pequeños porque con ellos es muy importante el contacto visual, más teniendo en cuenta que el vínculo recién se estaba empezando a generar y se estaba a principio de año», destacó Pizzorno.

No solamente se acudió al uso del Zoom para mantener contacto con los niños, también por esta vía se llevaron adelante talleres con las psicólogas y las familias, para manejar en conjunto la nueva realidad. Con estas bases, los equipos de cada nivel comenzaron a subir invitaciones a jugar en una modalidad interactiva, en forma directa o en conjunto con los padres. Ya en abril se abrió la posibilidad a las familias para que ellas pudieran también subir fotos, videos o audios, de forma que se estableció un ida y vuelta y se estrecharon los vínculos.

Cuando se planteó llevar adelante un encuentro semanal por Zoom con los niños se generaron dudas, reconoció la docente, «porque en el jardín hay niños muy pequeños y era una incógnita saber cómo resultaría la experiencia». Por ello, en mayo se resolvió hacer estos encuentros con los grupos divididos porque era más fácil para la maestra atender a diez o doce niños y facilitar de esta forma el intercambio. Se comenzó con los niños de tres, cuatro y cinco años en los primeros encuentros y «nos sorprendió para bien». La respuesta fue muy favorable, gracias también al apoyo de las familias porque «para que un niño pequeño pueda sostener un encuentro virtual, ello implica que un adulto referente lo esté acompañando».

La docente se manifestó muy conforme con esta experiencia que con las semanas se fue intensificando en todos los niveles del Jardín. «Aprendimos y crecimos mucho en este camino y se unió mucho el equipo docente. Si bien cada uno estaba en su casa, porque no nos podíamos encontrar en el jardín, se sostuvo mucho el vínculo a través de las planificaciones». Porque todo el trabajo se evaluaba y «no hubo nunca una semana en la que las maestras no se encontraran virtualmente a planificar».

Este esfuerzo docente fue compartido por las psicólogas que forman parte del equipo. Ellas también llevaron adelante talleres y entrevistas con las familias en modalidad virtual, a través de encuentros por Zoom o videollamadas. Esta fue «una forma de dar acompañamiento y sostén ante la situación inédita, en la que muchas familias se vieron exigidas, desconcertadas y con muchas interrogantes e incertidumbres en relación con sus hijos».

El 16 de junio se retornó a la presencialidad, y entonces se pudo apreciar el resultado positivo de la atención a distancia: «Cuando volvimos los niños vinieron muy tranquilos al jardín y a la maestra con quien habían estado presencialmente solo dos semanas  Los niños, hasta los de uno y dos años, se encontraban con sus referentes del jardín de una forma calma, tranquila, a pesar del escaso vínculo previo, A la distancia se generó y desarrolló el vínculo. Había muchas ganas de los niños, de las familias y de las maestras de volver al Jardín», valoró la docente.

Las medidas del Gobierno impusieron la división de los grupos en dos subgrupos cada uno para cuidar el protocolo sanitario, y los subgrupos concurrieron en días alternados al Jardín cada semana, con una asistencia «del 90 % para arriba».

El receso de invierno sirvió para optimizar todos los espacios del Jardín y adecuar otros nuevos que no estaban siendo utilizados como salones de clase, solución que permitió aumentar los días de concurrencia de cada grupo. «Le estamos dando así más respuesta a las familias, porque en la medida en que podamos respetar el protocolo queremos abrir la mayor cantidad de posibilidades para que el niño de uno a cinco años esté con nosotros», explicó la coordinadora.

Pizzorno lamentó que los niños solo están autorizados a permanecer en el Jardín durante solo cuatro horas. «Eso limita lo que podemos ofrecer. Va a ser diferente cuando, por protocolo, podamos  extender nuestra jornada. Entonces el niño podrá almorzar con nosotros, hacer un rato de extensión y permanecer durante el horario curricular. Por ahora esto no está permitido ni tampoco el comedor puede estar abierto».

La docente evaluó lo realizado en este período especial a través del trabajo en equipo: «pensando, debatiendo y creando juntos, llegamos a innovaciones y a propuestas novedosas, que tenían siempre al niño como protagonista, y al juego y a la expresión como metodologías de trabajo». Destacó también el hecho de que «todas las iniciativas de comunicación y de intercambio por parte del equipo docente tuvieron excelente recepción por parte de las familias». Al respecto detalló que las maestras tanto a través del teléfono como mediante el mail institucional mantuvieron una comunicación permanente entre el equipo de dirección y las familias.