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Nando cantó retirada

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Nando cantó retirada

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Se jubiló esta semana Luis Fernando Iraola, el dirigente de la sonrisa perenne, el voluntarioso encarador de cuanta tarea le fue encomendada. Se va a sentir.

Militante, consejero de la banca privada e integrante del Consejo Central, secretario del interior en ambos consejos, recorrió todos los escalones y en todos ellos sembró compañerismo y espíritu unitario. Se subió a todas las iniciativas solidarias y también a las sociales internas del sindicato, como los torneos de pesca. En pocas palabras: el prototipo del buen dirigente que se va de callado y se hará extrañar.

El recién jubilado dirigente Fernando Iraola fue protagonista de la reconstrucción del sindicato luego de la dictadura y también del enfrentamiento exitoso a la crisis de 2002 y 2003. Nando, ingreso a La Caja Obrera en 1981 y participó en la creación de su Comisión Representativa, al amparo de la ley de la dictadura que permitía las asociaciones sindicales de primero, segundo y tercer grado. En forma continua —desde 1983 hasta 2003— fue integrante de este órgano de base. En los años 80, cuando volvió la democracia, junto con Marcos Arias prematuramente fallecido, Gabriel Vallarino y otros compañeros tuvo un papel activo en la recomposición de los salarios, que habían permanecido abatidos durante largos años. También se ocupó de la restitución de compañeros que se habían exiliado o habían estado presos, y en la realización de acciones solidarias como la colaboración con los ocupantes de Funsa y de la textil La Aurora.

La primera crisis financiera vivida por Nando sucedió en 1987 con la quiebra de los bancos más importantes: el Comercial, La Caja Obrera y el Pan de Azúcar, a los que más adelante se sumaría en su agonía el Banco de Crédito. Según lo narró su compañero Gabriel Vallarino, hoy presidente de la Comisión de Disciplina, esa fue «una época de mil conflictos con las direcciones de los bancos, porque el sueldo siempre estaba por el suelo, había que restituir a algún compañero que había sido preso o exiliado o buscar una solución laboral para algún familiar de un compañero fallecido en la cárcel. Incluso logramos con el Nando y otros dirigentes un acuerdo por el cual hijos de afiliados fallecidos pudieran entrar a trabajar en sustitución de sus padres». Toda esta tarea militante transcurría con un telón de fondo angustiante: «Durante 14 años no se sabía si al día siguiente el banco continuaría abierto», tal era su situación de debilidad entre 1987 al 2002.

La segunda crisis que enfrentó en su carrera fue la de 2002–2003, que se constituyó en la mayor vivida por el país. Fue en esa circunstancia que AEBU, con Lalo y Juanjo a la cabeza, ideó la fórmula por la cual se creó el Nuevo Banco Comercial (NBC), con los activos sanos de los bancos fundidos. 

Nando fue el primer presidente de su representativa, durante dos años. Posteriormente fue consejero y secretario del interior del sector privado, consejero central y también secretario del interior. Prácticamente los 40 años de su carrera los hizo militando en el sindicato, pero también trabajando. «Hasta hoy estaba trabajando en el Clearing, con altibajos, porque en las épocas más complicadas se metía en el sindicato, pero siempre volviendo a la oficina, al lugar de base. Nunca se despegó de la gente», destacó Vallarino.

«Estoy convencido que fui parte de la mejor historia de AEBU», afirmó Nando en su carta de despedida. Después de la enumeración anterior, y vista su trayectoria, esta confirma su convicción.

También podemos agregar a esta semblanza su gran trabajo durante la campaña por el voto verde y dar destaque a su relación con el interior porque el BCO tenía allí 20 sucursales, contra otras tantas en la capital. «Nando siempre fue un referente para el interior y llegaba en la Onda», expresó Vallarino recordando los viejos tiempos.

El compañero que compartió con él gran parte de su carrera recordó un dato inédito para su biografía artística: participó en la murga de La Caja Obrera llamada La Embargada, lejana antecesora de la Contrafarsa en la carrera carnavalera de Nando. 

Y Nando en su retirada nos dice: «Empiezo otra etapa, hermosa también, consciente de que aún me quedan muchos tablados por hacer».

¡Hasta siempre Nando! Nos encontramos en cualquier esquina.