Bajo el azote de la pandemia y el castigo económico que impone el Gobierno, más que nunca los trabajadores deben buscar sus respuestas a la injusticia.
Desde diversos sectores políticos y empresariales se intenta inclinar la balanza a su favor en la reforma de la seguridad social, al machacar con interpretaciones falsas de la realidad.
La libertad absoluta que la mayoría parlamentaria adjudica al Gobierno para reducir las asignaciones presupuestales implica una muy peligrosa concentración de poder.